martes, 12 de noviembre de 2013
Carta a mi Fuerza de Voluntad
Hoy me levanté con ganas de escribirte. Llegamos juntas al final de un año lleno de decisiones en un principio y de concreciones hacia el final, gracias a que estuviste presente cada día y a cada instante.
Lograste moverme y motivarme aun en los momentos más difíciles, levantarme con la lluvia, con el frío,
en las madrugadas oscuras del invierno.
Vimos juntas a los árboles desojarse y florecer con la llegada de la primavera y hoy disfrutamos juntas la salida del sol,
en aquellas mismas madrugadas que tanto nos hacían congelar.
Esperamos el 160 casi seis de los siete días que tiene la semana, apretadas, incómodas, a los saltos y alguna que otra vez,
en algún asiento desocupado.
Hicimos que las matemáticas tan odiadas se trasformaran en un desafío, y lo superamos.
Volvimos a retomar la lectura diaria, los apuntes, los cuadros sinópticos y las exposiciones.
Te exigí aun más, agregándote el trabajo corporal de los sábados, y todas aquellas horas dentro de la cueva del trabajo, y respondiste siempre con más.
Discutimos mucho, incluso cada día, porque yo quería estar un ratito más y vos me alentaste a seguir.
Y así llegamos al final del año, con los objetivos cumplidos. El cansancio es inevitable, pero todo se supera con la alegría de saber que te tengo y que puedo contar con vos para lo próximo, que siempre es más.
Gracias infinitas...
No por nada te definen dos de las palabras más alentadoras que movilizan a los seres humanos: FUERZA y VOLUNTAD.
sábado, 8 de junio de 2013
Lo que se nos pasó...
Es absolutamente importante hacer y decir lo que uno siente, en el momento que lo siente, libre de presiones, ataduras, personajes, mandatos y corazas.
Creo convincente que cuando las cosas se dan de corazón a corazón, son tan auténticas que todo lo demás deja de importar.
Es cierto que la vida nos hace cada vez más duros, a algunos más, a otros menos.Vamos en ese proceso. Pero ser blandos y vulnerables, también nos hace más humanos, porque se trata de vivir y si la vida no nos atraviesa, entonces para que vivir.
Tarde es una palabra para mí difícil, dolorosa. Para unos, tarde, puede ser una bendición, para otros es el replanteo de muchas situaciones, que dejamos pasar como el agua y nos tortura el hecho de no haberle dado al tiempo, el valor merecido.
La clave de los seres humanos está en aprender de aquello que nos pasó. Siempre hay un más allá, un futuro que aunque incierto nos espera y nos vuelve a poner a prueba. Cuando estamos ahí, frente él nos dice ¿ Y ahora como estas dispuesto? ¿A que estas dispuesto? Y allí el ser cobardes o ser valientes, el REPETIR o el REVERTIR...
El dolor no es más que ésto, es la vida que nos pasa por adentro, revuelve, desacomoda y se va con ese gusto a nada.
Luego tomamos cada parte y tratamos de rearmar, de reconstruirnos, pero ya todo es distinto, hay piezas que faltan y piezas nuevas que se generaron. Es por ello que después de cada situación dolorosa, resurgimos como el Ave Fenix, diferentes cada vez...
¿Y que hacemos con este nuevo que somos?
Vivir, aprender, transitar, recorrer hasta el último aliento...
Gisele Molinari
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